Como en todo en la vida, en la música hay quien nace con estrella y quien nace estrellado. Puedes nacer con unos dedos larguísimos y estilizados como Steve Vai, una voz prodigiosa como Freddie Mercury, un carisma especial como Bowie, ... o sin nada de eso. Y luego están los que, además de no tener ningún don "visible", han sufrido accidentes, enfermedades o amputaciones que en principio les harían prácticamente inútiles para la música, pero aparecen como por arte de magia y derrotan al gigante de la mediocridad, haciendo de la necesidad virtud. Vamos a recordar a algunos de los más maravillosos lisiados que hemos conocido. Joni Mitchell sufrió la terrible polio cuando tenía 5 años (igual que Neil Young, en una terrible epidemia que asoló Canadá), lo que le dejó fastidiada la mano izquierda. Además, su madre no le dejaba aprender a tocar la guitarra, pues en los años 50 en su pequeña comunidad canadiense aportaba un aire "hillbilly". Joni consiguió un ukelele, y lue
Opiniones y mucha música. Ábrete de Orejas: Las trataremos con cariño