Como en todo en la vida, en la música hay quien nace con estrella y quien nace estrellado. Puedes nacer con unos dedos larguísimos y estilizados como Steve Vai, una voz prodigiosa como Freddie Mercury, un carisma especial como Bowie, ... o sin nada de eso.
Y luego están los que, además de no tener ningún don "visible", han sufrido accidentes, enfermedades o amputaciones que en principio les harían prácticamente inútiles para la música, pero aparecen como por arte de magia y derrotan al gigante de la mediocridad, haciendo de la necesidad virtud. Vamos a recordar a algunos de los más maravillosos lisiados que hemos conocido.
Joni Mitchell sufrió la terrible polio cuando tenía 5 años (igual que Neil Young, en una terrible epidemia que asoló Canadá), lo que le dejó fastidiada la mano izquierda. Además, su madre no le dejaba aprender a tocar la guitarra, pues en los años 50 en su pequeña comunidad canadiense aportaba un aire "hillbilly". Joni consiguió un ukelele, y luego por fin una guitarra que, como no podía tocar bien los acordes convencionales, desafinó y desafinó hasta que consiguió que sonaran ciertos acordes que podía hacer con su movilidad reducida. Según ella esto le dió mucha libertad a la hora de elegir armonías y estructuras para sus canciones. La recordamos en el concierto de The Band llamado The last Waltz y filmado por Scorsese para inmortalizar el último concierto de la banda de Robbie Robertson.
Vic Chesnutt fue adoptado y criado en Oregón. Músico precoz, comenzó a tocar la guitarra con cinco años. Pero un accidente de coche lo dejó semiparalizado a los 18 años. Apenas podía mover la mano izquierda y la derecha le quedó totalmente rígida. Esto le aportó un peculiar sonido, pues pellizca con mucha rudeza las cuerdas de la guitarra. Siete años después publicó su primer disco, y consiguió sacar una docena más. Murió el día de navidad de 2009, hace ya dos años. Pudo disfrutar del disco tributo que le hicieron grupos de la talla de REM o The Smashing Pumpkins. Recordamos sus atormentadas interpretaciones de Supernatural y de Where were you.
Y luego están los que, además de no tener ningún don "visible", han sufrido accidentes, enfermedades o amputaciones que en principio les harían prácticamente inútiles para la música, pero aparecen como por arte de magia y derrotan al gigante de la mediocridad, haciendo de la necesidad virtud. Vamos a recordar a algunos de los más maravillosos lisiados que hemos conocido.
Joni Mitchell sufrió la terrible polio cuando tenía 5 años (igual que Neil Young, en una terrible epidemia que asoló Canadá), lo que le dejó fastidiada la mano izquierda. Además, su madre no le dejaba aprender a tocar la guitarra, pues en los años 50 en su pequeña comunidad canadiense aportaba un aire "hillbilly". Joni consiguió un ukelele, y luego por fin una guitarra que, como no podía tocar bien los acordes convencionales, desafinó y desafinó hasta que consiguió que sonaran ciertos acordes que podía hacer con su movilidad reducida. Según ella esto le dió mucha libertad a la hora de elegir armonías y estructuras para sus canciones. La recordamos en el concierto de The Band llamado The last Waltz y filmado por Scorsese para inmortalizar el último concierto de la banda de Robbie Robertson.
Joni Mitchell interpreta Coyote junto a The Band
Si alguien quiere ver el video está aqui
Supernatural, de Vic Chesnut, de su álbum Drunk
Where were you, del album West of Rome. Para los que tengan curiosidad
de ver cómo golpeaba las cuerdas, aqui hay un vídeo
De Ray Charles sabemos más cosas. Muchas trágicas, que vamos a omitir para no ponernos tristes. Se quedó ciego y muy jodido moralmente a los siete años, tras sufrir un glaucoma en aquellos tiempos incurable para una familia negra pobre. A los diez quedó huérfano de padre y a los quince de madre. Pero el gran Ray sabía levantarse y a los diceisiete años se fue a Atlanta, que le dijeron que era la ciudad mediana más alejada de Florida, donde vivía. Y allí tocó con bandas de jazz locales, era amigo de un tal Quincy Jones, y firmó con un pequeño sello como parte de un trío de jazz. Luego siguió ya en solitario hasta que Ahmet Ertegun (qué poco se ha valorado a este hombre en la historia de la música. ¡Qué habría sido de la música negra sin él!) lo fichó para Atlantic. Le recordamos con la arrebatadora Hit the road Jack, en directo en 1965. Para quien prefiera algo diferente o se quede con ganas de más, dejamos en formato audio una joya de su primer disco para Atlantic en 1957, Mess around.
Hit the Road Jack
Mess Around, de 1957
Swing, en 1939
Minor Swing, de Django Reinhardt
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