Casi tres horas de concierto de The Pink Tones, vividos por Abrete de Orejas y Musiqueando en la Sala Custom de Sevilla. Fue un espectáculo sobrio ya que, por el tamaño reducido del escenario, no pudieron hacer el despliegue habitual, pero el juego de luces y humo crearon el ambiente preciso y necesario para que todos los históricos temas de Pink Floyd sonaran a la perfección.
Tras los primeros compases de “Breathe” y su posterior “Time”, el público ya era consciente que lo que tenía delante era un grupo de músicos que podían trasladarte a cada una de las épocas que visitaban y sentir que estabas delante de los genios británicos.
Pudimos recorrer “Atom’s Heart Mother”, pieza complicada de interpretar, “The Great Gig in the Sky”, con las espectaculares voces del coro, “Any Color you Like”, “Hey You”, la trilogía formada por “Another Brick in the Wall, partes I, II y III” con la presencia del teacher acusador y vigilante a un lado del escenario, continuada con el dramático e inmediato “Goodbye Cruel World”.
Uno de los momentos álgidos, que fueron muchos, fue cuando comenzaron los primeros sonidos siderales de “Shine on you Crazy Diamond” y, tras el primer solo de guitarra, todos ansiábamos escuchar el archiconocido arpegio demoledor de Guilmour en las manos de Alvaro Espinosa, para entrar en éxtasis.
Como no podía ser de otra manera, en todas las piezas que se interpretaron (salvo “The Great Gig in the Sky”) la guitarra tenía un gran peso y fue defendida con total integridad, con un sonido muy sólido y fiel a la interpretación original, aunque en ciertas canciones admitía una parte de improvisación muy bien recibida. En otro momento, Alvaró solicitó un poco de silencio en la sala para poder crear el ambiente preciso que diera comienzo a un magistralmente interpretado “Echoes”, suite que durante veinte minutos demostró el virtuosismo y la precisión de los músicos presentes en el escenario.
Tan sólo se hizo un guiño a la etapa Pink Floyd post Roger Water, con la interpretación de “On the Turning Away”, pero lo que realmente quería escuchar la gente eran los clásicos a los que se unió “Money” y la eterna “Wish You Were Here”, coreada hasta la mínima nota por los allí presentes.
Y para finalizar eligieron, desde mi punto de vista, la mejor manera de despedirse. Al contrario que el maestro David Guilmour despide sus actuaciones, The Pink Tones nos pusieron cardiacos con los rasgueos iniciales de guitarra a ritmo de “Run Like Hell” para, a continuación, rendirnos todos ante la majestuosidad de “Comfortably Numb” y el impecable solo de guitarra final, mezcla entre la pieza incluída en The Wall y la master class que el señor Guilmour nos regaló en su interpretación de “Pulse”.
Aunque no pude extraerlo de este concierto, aquí os dejo este regalito, para que lo disfrutéis.
Lástima no haber estado allí, pero gracias a esta crónica, me he podido consolar un poco, hebierto bien mis orejas y agudizado más si cabe, mis oidos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Chesca. El espectáculo merece la pena. Se hace complicado describirlo todo con palabras pero eso es lo que se ha intentado en la crónica...Y veo que algo se ha conseguido.
ResponderEliminarBienvenida y gracias por abrir tus orejas con nosotros.
Saludos!!
Gracias a vosotros por transmitir las sensaciones del concierto a los que no estábamos allí y hacernos mantener los sentidos. Así que, insisto; " he abierto bien mis orejas"
EliminarSaludos
Magníficas noticias! Espero que haya más gente como tu que tenga las mismas sensaciones y que no tenga complejos.
ResponderEliminarAquí os esperamos a todos. Saludos!!