Anoche Sevilla se vistió de negro, para gusto del que escribe, con la presencia en el ciclo Pop Caac de Toundra y Mordida. Dos formas complementarias e intensas de interpretar post-rock que ayer desplegaron su maestría sobre el público asistente.
(Fotografía: Ábrete de Orejas) |
Fue un concierto que generó gran expectación y fue totalmente satisfecha, como no podía ser de otra forma. El público asistió a escuchar, a paladear la música, y eso es siempre digno de mencionar y aplaudir. Como los aplausos que se llevaron los sevillanos Mordida, banda de rock experimental que en su actuación en directo endureció su sonido, menos electrónico y más eléctrico, otorgando mayor potencia a los temas de su último álbum The Wind Ashes (Sacramento Records, 2017).
No hubo filigranas luminosas en el escenario. De hecho, durante toda la velada la penumbra en la que los rostros de los músicos se veían sumergidos fue el factor común que hacía dirigir los sentidos a estar sólo y exclusivamente atentos a la música. Objetivo cumplido.
(Fotografía: Ábrete de Orejas) |
La oscuridad del metal que Mordida puso sobre el escenario, no tiene que envidiar a ninguna formación del estilo. La voz gutural, ininteligible, convertía el doom metal en algo más siniestro, capaz de captar la atención y empezar con el inevitable movimiento de cabeza y pandeo de cuello.
Con muy buen sabor de boca, los sevillanos bajaron del escenario y comenzó el interludio musical a manos de La Rubia Pincha, DJ encargada de amenizar y lo hizo, como siempre, con mucho estilo y buen gusto. No puedo dejar pasar la oportunidad de reivindicar la labor de todas aquellas personas que se dedican al poco reconocido trabajo de poner banda sonora a los espacios muertos entre conciertos, porque sin darnos cuenta tenemos la música rodeándonos. Lamentablemente, no hacemos todo el caso a veces que merecen, pero para eso está el after party al cual La Rubia Pincha pondría todo su savoir faire.
Llegó el turno de Toundra. El sonido majestuoso, denso de sus guitarras se complementan a la perfección con la sólida pesadez de un bajo a ratos desgarrado y una batería omnipresente e indispensable y de muy difícil ejecución que mantiene la arritmia sonora bien alta. Sin micrófonos a la vista, la formación realizó un viaje por su discografía con piezas de larga duración, propicias para que el cuello siga siendo el mayor "perjudicado" de la noche, porque la cabeza seguía balanceándose. Era inevitable.
Con un sonido impecable y una precisión milimétrica, David y Esteban hipnotizaban al público con sus solos, riffs y arpegios imposibles, mientras la actitud sobre el escenario imponía la realidad: estábamos frente a una auténtica banda de rock instrumental de gran calibre.
(Fotografía: Ábrete de Orejas) |
La apertura del concierto no pudo ser más potente con las tres primeras piezas de su último trabajo Vortex (Inside Out Music, 2018), "Intro Vortex", "Cobra" y "Tuareg". El listón ya estaba donde ellos querían, y nosotros también. Era la hora de viajar en el tiempo y trasladarnos a 2010 con "Bizancio" de su álbum II (Aloud Music), de nuevo larga pieza llena de diversos desarrollos que la convierten en una delicia para los sentidos. La visita al álbum IV (Superball, 2015) fue a través de "Kitsune", para de nuevo volver a Vortex mediante la pareja formada por "Kingston falls" seguida de "Mojave", explosión eléctrica de ritmos imposibles de predecir.
Una de las visitas esperadas por este redactor al álbum III (Aloud Music, 2012) se materializó mediante la poderosa e impactante "Cielo negro", otro ejemplo más de conjunción entre los dos guitarras para crear la mágica atmósfera de esta pieza, sobre todo en el magnífico último minuto. Por último, de nuevo nos dejan en Vortex para ir al "Cruce oeste", pero tranquilos. No estábamos perdidos.
Al igual que cuando vi su actuación en noviembre pasado, he salido del concierto de Toundra con la firme convicción de ser músico. No debe haber placer mayor que transformar la frialdad de un instrumento en una proyección de tus propios pensamientos y sentimientos, y resulta muy difícil cuando ésto lo pretendes hacer sólo con música, sin palabras. Toundra lo consigue, con creces.
Pero, hay que ser realista. Me quedare siendo redactor para hablar de conciertos como éste, que culminó la participación de The Music Republic dentro del ciclo Pop Caac 2019 y que da paso a la recta final del mismo. Enhorabuena por el éxito obtenido.
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