The Cinematic Orchestra acaba de publicar un álbum delicioso. To Believe (Ninja Tune/PIAS) es una auténtica maravilla para los sentidos y para paladares de diversa índole. Con un conjunto de siete largas composiciones, el álbum recorre sin complejos todo un camino de elegancia y magnificiencia sonora como hacía tiempo había escuchado, arriesgando en estos tiempos de inmediatez y apostando por piezas de largo desarrollo con mezcla de estilos. Plausible.
Es recomendable su audición completa y varias veces. El factor común es la buena orquestación, llevando las canciones al extremo de casi banda sonora, alcanzando un onirismo de gran gusto que es capaz de ser combinado sin prejuicios con fraseos spoken word sin quedar mal para nada, como es el caso de "A caged bird/Imitations of life", con la participación de Roots Manuva.
Me he saltado a posta el inicio del disco, con el tema que le da título, ya que es una pieza interpretada por Mosses Sumney que ofrece una muy buena carta de presentación. Cuerdas que crean melodías que arropan, eso nos lo encontramos en casi todo el séptimo trabajo de los británicos.
The Cinematic Orchestra nos son nuevos. Veinte años de experiencia avalan a esta gran banda y fruto de todo ello son temas como la instrumental "Lessons", perfecta sintonía colorista y runner para un paseo matutino. Armonías repletas de matices que, de repente, hacen un break en tu cintura emocional para llegar, quizás, a uno de los temas más bonitos y emotivos del disco para este redactor. "Wait for now/Leave the world" cuenta con la participación de Tawiah a la voz y consigue una atmósfera totalmente magnética.
Como hipnótico es el comienzo de "The workers of art", segunda pieza instrumental de The Cinematic Orchestra en el álbum To Believe. Con un sonido envolvente, el tema atrapa con la parsimonia de sus cuerdas llegando a rozar los momentos ambient del new age, pero adaptados al siglo XXI. Ciertamente melodramático.
Grey Reverend hace de maestro de ceremonias en "Zero one/This fantasy", penúltimo corte del álbum no exento de complejidad. Una canción que, a priori, podría pasar inadvertida como expresión folk debido a la propia sonoridad nasal del vocalista, pero de fondo no deja de sonar una obsesiva melodía nu jazz con continuos cambios de ritmo hacia la experimentación trip hop.
Cerrando, la colosal "A promise" con Heidi Vogel y el gran cuerpo que posee su voz. El soul y el jazz corren por sus cuerdas vocales y eso lo plasma en esta larga demostración de compenetración enorme con la banda sonora creada para la ocasión. Dos ritmos dentro de una misma canción, una gran forma de despedir un álbum cuyo contenido merece ser disfrutado minuto a minuto con calma y tranquilidad. Las composiciones no por sus melodías aparentemente repetitivas dejan de ser de una complejidad y preciosismo encomiables. Probablemente, nos encontramos frente a uno de los trabajos del año que pueden considerarse como obra de arte conceptual.
Aquí te dejo algunos ejemplos que ilustran lo dicho anteriormente, a ver qué os parecen. Tres temas representativos de los que el álbum contiene. Disfrútalos, con calma.
Aquí te dejo algunos ejemplos que ilustran lo dicho anteriormente, a ver qué os parecen. Tres temas representativos de los que el álbum contiene. Disfrútalos, con calma.
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