El décimo aniversario del Monkey Week - SON Estrella Galicia se vistió de gala para su concierto inaugural, con una impecable presencia escénica de María Arnal i Marcel Bagés en su concierto fin de gira de su álbum 45 cerebros y un corazón.
Lo miremos como lo miremos, que un concierto inaugural de un festival sea a su vez el final de gira de una formación, es un lujo. Y más, si se trata de María Arnal i Marcel Bagés, dando carpetazo a su extensa gira de presentación de 45 cerebros y 1 corazón (Fina Estampa, 2017), disco debut que ha encumbrado a la pareja a lo más alto de la escena independiente.
Y no es para menos. Cuando crees que el riesgo en el terreno musical está sólo empleado por aquellas figuras que son consistentes y se pueden permitir "caprichos", sorprende que gente de la juventud de nuestros protagonistas sean atrevidos y osen mezclar copla, poesía de post guerra, románticas historias de huidas preguerra con programaciones, cortina de guitarras y efectos sónicos acompañados por una puesta en escena más propia de artistas contemporáneos.
Así fue como, desde el primer minuto, María Arnal cautivó al personal. Con la sola guitarra acústica de Marcel, la voz de María volaba por entre nosotros, a ratos tronando, a ratos susurrando, siendo el único ruido que rompía el silencio del que se apoderó el Teatro Alameda. Durante más de una hora, ambos fueron capaces de crear el ambiente de intimidad necesario, con los speeches de María para presentar la trama de algunas de las canciones, o para presentar al productor del disco, David Soler, que les acompañó desde la mitad del concierto hasta el final a la guitarra acompañante.
Un recital esperado, sorprendente para un servidor, con un Teatro Alameda lleno de público que estaba preparado para dejarse llevar por unas canciones que contaban historias. Historias, algunas en catalán otras en castellano, que evocaban épocas que difícilmente ninguno de los allí presentes hayamos conocido ni de lejos, tan sólo en las crónicas, pero que se nos mostraban con dulzura y, a ratos, con la potencia vocal e instrumental que María y Marcel nos regalaban. Con un organización magnífica, desde mi punto de vista, fue todo un acierto elegir como concierto inaugural del décimo aniversario del Monkey Week a éste evento.
¡Larga vida al Monkey Week!
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