For My Crimes (Bella Union) es el esperado nuevo trabajo de Marissa Nadler. Tras realizar dos trabajos de covers, una de nuestras artistas norteamericanas favoritas plasma en once nuevas canciones su personal e íntimo mundo, al cual nos invita a entrar gracias a este álbum. Buceemos con ella.
El nuevo álbum de Marissa Nadler es simplemente cautivador. Bien es cierto que siento debilidad por esta artista estadounidense, desde que descubrí sus canciones con July (Sacred Bones/Bella Union, 2014), un álbum que me hizo buscar más de ella y comprobar que, ya por entonces, llevaba diez años en la brecha con una serie de discos que abundaban en la esencia dark folk que Marissa desarrolla con gran destreza.
Cuando se me plantea la posibilidad de reseñar este nuevo trabajo, sabía que no iba a ser plenamente objetivo y, sinceramente, el esfuerzo por serlo hubiera sido inútil, así que abiertamente reconozco que este For My Crimes ha sido degustado por mi parte con gran placer.
Y las expectativas se cubrieron con creces. La apertura del álbum con el tema que le otorga el título ya es brillante por sí sola. Con una melancolía que sólo una guitarra y la voz de Marissa saben dar, empezamos un gran viaje al mundo interior de la norteamericana. Sonido ambiental para abrazar aún más el drama de la canción y una voz angustiada que dan el toque perfecto.
La joya de "I can't listen to Gene Clark anymore" es pura delicatessen, con la compañía de Sharon Van Etten. Ambas voces al unísono crean una atmósfera íntima y única para una canción tan dulce como ésta. A partir de ahí, la sucesión de temas continúa con la introspección característica de Marissa Nadler, dando protagonismo a su aparentemente frágil voz y la acústica de su guitarra. "Are you really going to the South" y "Lover release me" se ven ligeramente interrumpidas en intensidad por una espectacular "Blue vapor, segundo magnífico adelanto del álbum, en la que Marissa despliega todo su encanto dramático. Sinceramente, es quizás una de mis favoritas del disco y sirve como cima y punto de unión para volver al intimismo concentrado en temas como "Dream dream big in the sky" o "Flame thrower". Con "Said goodbye to that car", Marissa nos dice adiós después de haber estado con ella escuchando sus canciones durante poco más de treinta y cinco minutos.
For My Crimes es un disco delicioso, de gran delicadeza y que hace que parezca fácil lo que Marissa Nadler realiza: transmitir, guitarra en mano, todo un cúmulo de sensaciones y sentimientos centrados en su voz. No todos los artistas son capaces de hacerlo. Marissa, si.
Cuando se me plantea la posibilidad de reseñar este nuevo trabajo, sabía que no iba a ser plenamente objetivo y, sinceramente, el esfuerzo por serlo hubiera sido inútil, así que abiertamente reconozco que este For My Crimes ha sido degustado por mi parte con gran placer.
Y las expectativas se cubrieron con creces. La apertura del álbum con el tema que le otorga el título ya es brillante por sí sola. Con una melancolía que sólo una guitarra y la voz de Marissa saben dar, empezamos un gran viaje al mundo interior de la norteamericana. Sonido ambiental para abrazar aún más el drama de la canción y una voz angustiada que dan el toque perfecto.
La joya de "I can't listen to Gene Clark anymore" es pura delicatessen, con la compañía de Sharon Van Etten. Ambas voces al unísono crean una atmósfera íntima y única para una canción tan dulce como ésta. A partir de ahí, la sucesión de temas continúa con la introspección característica de Marissa Nadler, dando protagonismo a su aparentemente frágil voz y la acústica de su guitarra. "Are you really going to the South" y "Lover release me" se ven ligeramente interrumpidas en intensidad por una espectacular "Blue vapor, segundo magnífico adelanto del álbum, en la que Marissa despliega todo su encanto dramático. Sinceramente, es quizás una de mis favoritas del disco y sirve como cima y punto de unión para volver al intimismo concentrado en temas como "Dream dream big in the sky" o "Flame thrower". Con "Said goodbye to that car", Marissa nos dice adiós después de haber estado con ella escuchando sus canciones durante poco más de treinta y cinco minutos.
For My Crimes es un disco delicioso, de gran delicadeza y que hace que parezca fácil lo que Marissa Nadler realiza: transmitir, guitarra en mano, todo un cúmulo de sensaciones y sentimientos centrados en su voz. No todos los artistas son capaces de hacerlo. Marissa, si.
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