La presentación del nuevo álbum en solitario de José Antonio García en la Sala Custom de Sevilla fue una auténtica Lluvia de Piedras sonoras sobre nuestras cabezas. La evolución de un artista con casi cuarenta años de trayectoria musical a sus espaldas, puestas al servicio de la audiencia.
Unos minutos antes de las 22:30 horas, sobre el escenario de la Sala Custom iban apareciendo los cinco componentes de El Hombre Garabato, banda que acompaña la presentación de José Antonio García con su último trabajo en solitario Lluvia de Piedras (JAG/Warner Music, 2018).
Un título muy acorde con la climatología del día, con tormenta, lluvia y algo de viento... otoño en fin. Quizá motivo para que el público no hiciese acto de presencia como se hubiera esperado para la ocasión, dada la trayectoria del cantante de 091. Pero, a pesar de estar la sala medio llena, la energía con la que comenzó el show fue desbordante. Rock and roll de principio a fin, con una potencia y calidad musical espectaculares. Una muy buena idea unir la voz y actitud sobre el escenario de José Antonio, totalmente vestido con ropa y gafas negras, con la precisión sonora del Hombre Garabato.
Durante una hora, los temas de Lluvia de Piedras fueron interpretados con una solvencia digna de los años de experiencia de un José Antonio García que, como él mismo dijo en un speech, "se encontraba en la cara B de un vinilo", aunque sentía como "El viento sopla a mi favor". Desde el minuto uno, la característica voz de García, a veces armado con su armónica y a veces con pandereta (y con muchos problemas en su sistema de auriculares), se encargaba de dar actitud rock a temas de marcado sonido rock americana. "Lo llaman suerte", "Se puede ver el final", "Ángel de mis demonios", "Dí que si" y una explosiva "Fuego" fueron, entre otras, disparos certeros aderezados con la lírica que García impregna a sus composiciones, sencillas pero efectivas.
De manera más melancólica, "Cuando yo no esté" y la emotiva e histórica "Julio del 36" fueron un contrapunto leve a tal despliegue de espíritu rock, algo distante de lo que 091 nos tenía acostumbrados aunque "Cartas en la manga" dibujó una ligera sonrisa nostálgica en la cara de más de un@. Con el agradecimiento unánime del público presente durante todo el concierto, la ceremonia culminó con la sensación de haber presenciado un evento exclusivo, apto para orejas exigentes que se deleitan con el buen hacer de seis grandes músicos sobre el escenario.
De manera más melancólica, "Cuando yo no esté" y la emotiva e histórica "Julio del 36" fueron un contrapunto leve a tal despliegue de espíritu rock, algo distante de lo que 091 nos tenía acostumbrados aunque "Cartas en la manga" dibujó una ligera sonrisa nostálgica en la cara de más de un@. Con el agradecimiento unánime del público presente durante todo el concierto, la ceremonia culminó con la sensación de haber presenciado un evento exclusivo, apto para orejas exigentes que se deleitan con el buen hacer de seis grandes músicos sobre el escenario.
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