Loquillo y su banda celebró con el público de Sevilla sus 40 Años de Rock & Roll Actitud en el Auditorio Rocío Jurado de Sevilla, el pasado 5 de octubre. Un acontecimiento histórico para seguidores y adictos a la nostalgia de otras épocas musicales.
La entrada al recinto, aunque más tarde de lo que hubiera deseado, no pudo tener mejor banda sonora. Nat Simons y su formación estaban sobre el escenario del Auditorio interpretando un magnífico homenaje a Tom Petty con "Learning to fly", magnífica versión de impecable factura. La artista se mueve a la perfección con un sonido contundente y elegante, demostrando que el rock le corre por sus venas en su acepción más americana. Ese fue el pistoletazo de salida de la gira de presentación de su nuevo álbum Lights (El Dromedario Records, 2018) y recibió el calor de un público que pedía más. Sin duda, una gran telonera que puso el ambiente caldeado y preparado para la llegada de Loquillo.
Como no podía ser de otra forma, la presencia de Loquillo en el escenario es como ver al "puto amo" haciendo y diciendo lo que le venga en gana. Es quizás uno de los mayores alicientes de ver sus directos, porque lo que esperas es ver a un tipo con aire chulesco, socarroncete y con una mueca de sonrisa que te hace desear ser como él en algún momento de tu vida. Su altura y corpulencia sobresale respecto al resto de componentes de una banda que está siempre a la altura musical de un concierto que se antoja histórico.
Y lo es porque José María Sanz lleva cuarenta años de pura actitud Rock & Roll y por eso ha decidido celebrarlo con una serie limitada de conciertos gran reserva como el presenciado en Sevilla el pasado 5 de octubre. Todo un repaso condensado en dos horas y media de concierto que comenzó con "Rock and Roll actitud", poniendo nombre y apellidos a la gira, y acabó con la eterna "Cadillac solitario". Indispensable.
Durante el concierto, desfilaron muchos de los temas que pertenecen al imaginario de su propia época y, como no, a la que ya es histórica discografía de Loquillo. Canciones que han sido versionadas y acompañadas por un elenco de músicos de gran talla: tres guitarras (Josu García, Igor Paskual y Mario Cobo) que imprimen la electricidad precisa, bajo (Alfonso Alcalá) de dedos poderosos dando contundencia al instrumento, batería (Laurent Castagnet) de refinado poder percutivo dando ritmo, y teclados (Lucas Albaladejo) de marcado carácter rockanrolero. Todos acompañando al gran Loco en un abanico de canciones, algunas hímnicas.
Cuando empezó a sonar "El rompeolas", el público supo que el momento del recuerdo en serio comenzaba. A partir de ahí, llegó la sucesión de clásicos que en mayor o menor medida calaba en los corazones de los asistentes (con una edad media acorde con la de las canciones). "Rock and Roll star", "El ritmo del garaje", "Chanel, cocaína y Dom Perignon", "Esto no es Hawai", la versión de "El rey del glam", "Rock suave", la siempre inflamable "La mataré", "Cuando fuimos los mejores", "por amor", la colaboración con Johnny Hallyday en "Cruzando el paraíso", interpretada a dúo para la ocasión con Nat simons, la siempre emotiva "El hombre de negro" de Johnny Cash, y la gamberra "Quiero un camión", fueron algunas de las que formaron parte de un ramillete de temas que nos hicieron saltar por las diferentes décadas como si de una emisora de radio local se tratase. Auténtica historia viva de nuestro rock and roll patrio, Loquillo siempre estará dentro de nuestra cabeza con ritmos, frases y dictando sentencias, como sólo él sabe hacer.
Presencia sobre el escenario y una rock&roll actitud... cuarenta años no son nada. Salud y Rock and Roll!!
Durante el concierto, desfilaron muchos de los temas que pertenecen al imaginario de su propia época y, como no, a la que ya es histórica discografía de Loquillo. Canciones que han sido versionadas y acompañadas por un elenco de músicos de gran talla: tres guitarras (Josu García, Igor Paskual y Mario Cobo) que imprimen la electricidad precisa, bajo (Alfonso Alcalá) de dedos poderosos dando contundencia al instrumento, batería (Laurent Castagnet) de refinado poder percutivo dando ritmo, y teclados (Lucas Albaladejo) de marcado carácter rockanrolero. Todos acompañando al gran Loco en un abanico de canciones, algunas hímnicas.
Cuando empezó a sonar "El rompeolas", el público supo que el momento del recuerdo en serio comenzaba. A partir de ahí, llegó la sucesión de clásicos que en mayor o menor medida calaba en los corazones de los asistentes (con una edad media acorde con la de las canciones). "Rock and Roll star", "El ritmo del garaje", "Chanel, cocaína y Dom Perignon", "Esto no es Hawai", la versión de "El rey del glam", "Rock suave", la siempre inflamable "La mataré", "Cuando fuimos los mejores", "por amor", la colaboración con Johnny Hallyday en "Cruzando el paraíso", interpretada a dúo para la ocasión con Nat simons, la siempre emotiva "El hombre de negro" de Johnny Cash, y la gamberra "Quiero un camión", fueron algunas de las que formaron parte de un ramillete de temas que nos hicieron saltar por las diferentes décadas como si de una emisora de radio local se tratase. Auténtica historia viva de nuestro rock and roll patrio, Loquillo siempre estará dentro de nuestra cabeza con ritmos, frases y dictando sentencias, como sólo él sabe hacer.
Presencia sobre el escenario y una rock&roll actitud... cuarenta años no son nada. Salud y Rock and Roll!!
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