Agoraphobia, ruido; Löbison, locura; Astropálido, precisión. Así fueron las tres caras del rock en el Pop Caac

Tres grupos, tres estilos. El ciclo Pop Caac presentó el pasado 30 de agosto, en el Centro Andaluz de Arte contemporáneo de Sevilla, las diferentes propuestas musicales de Agoraphobia, Löbison y Astropálido, ejemplos más que evidentes de que la música tiene diferentes interpretaciones y un único objetivo: el disfrute del público.

Después de tanto tiempo esperando a poder ver su directo, al fin lo conseguí y no defraudaron. Agoraphobia fue el primer grupo en subirse al escenario del Pop Caac y pusieron el nivel de decibelios más alto de toda la noche. Como un auténtico y poderoso huracán, cinco miembros formaban para la ocasión las filas de una banda que destiló rock y punk desde el minuto uno. A pesar de lo estáticas que parecían sus figuras al comienzo, poco a poco la provocación aparece en la actitud de Susana al micro... Por cierto, micro que jugó una mala pasada en mitad del concierto al desconectarse el cable, pero que no hizo otra cosa que poner de manifiesto la gran profesionalidad de la banda que prosiguió hasta la reparación, como si nada. Buen trabajo.

De la cortina de ruido se encargaba Yago, a los mandos de una guitarra que más que eléctrica era electrizante, acompañando los ritmos martilleantes de Lucía al bajo y Sabela a la guitarra con una impecable construcción de muro sónico. A pesar de permanecer en un discreto segundo plano, por la escasa iluminación en la parte trasera del escenario, una de las piezas fundamentales es sin duda Paula dominando la batería e imponiendo ritmo y fuerza a unas canciones siempre vibrantes, desde las más punk de Dirty Little Things (2014) y Ready To Play (2015) a las composiciones más maduras y pulidas, pero no por eso menos enérgicas, de Incoming Noise (2017) como "Space race", "Karlova", "Grape juice" o "Zero". Así, durante poco menos de una hora, Agoraphobia realizó un directo potente y correcto, satisfaciendo las ganas de este editor y dejándolo con más ganas aún.

Tras el intercambio de instrumentos sobre el escenario, y también con tres discos en su haber, Löbison hace acto de presencia sobre el escenario para desplegar el histrionismo de su frontman Juamba, que cabalga entre el ridículo forzado y la arenga sobre la locura de un personaje que descubre sus interiores oscuros y ácidos a base de temas de difícil lectura y buena base musical. Desde Perro Amor (2013), Solo (2016) y su último trabajo La Industria de los Sentidos (2018), Santi al bajo y Jaime a la batería acompañan la desesperación musical en forma de trío con temas como "Soy un traidor", "La ira" o "Ansia brutal". Un espectáculo que para los no conocedores de la formación puede resultar algo agreste y difícil de asimilar, pero que abunda en las miserias de un personaje ficticio que podría ser cualquiera de nosotros.

Nuevo entreacto para recibir, en esta ocasión, a la última banda que se subirá al escenario: los sevillanos Astropálido. Cambio total de registro sonoro en la noche del Pop Caac para adentrarnos en un sonido más limpio, más pop y de buena factura melódica que une, de manera natural, ritmos bailables y la potencia del rock más contundente. El nuevo proyecto de Rafa (voz y guitarra) y Ale  (guitarra) cuenta en su haber un álbum autoeditado con el título de Mentiras para contar la verdad (2018), del que también forman parte Alberto (batería) y Daniel (bajo). Sonido impecable el que desarrolló la formación ante un público que esperaba con ganas la nueva propuesta de unos músicos ya conocidos por su anterior experiencia en Genérica (Rafa y Ale), ya que el giro ha sido total. Con muchas ganas de bailar y moverse, la gente se divirtió mientras sonaban temas de gran impacto como "Explosión", "El miedo más grande" o "Escamas".

Como detalle, no menos importante en eventos de esta clase, destacar el hilo conductor que significó la presencia de Dr. Música Ismael a los platos, ya que de él dependió que los intermedios fueran musicalmente entretenidos, con una gran selección tal y como nos tiene acostumbrados, y que hizo muy llevaderos los tiempos de espera entre actuaciones.

En definitiva, una larga velada en la que se pudo disfrutar de tres vertientes muy diferentes del rock que se hace en nuestro país, pero que son totalmente compatibles y necesario su conocimiento. Por ello, damos las gracias a Música es Amor, y en especial a Francis Cuberos, por darnos la oportunidad de participar de la difusión de los trabajos que los músicos realizan y sobre el que derrochan todas sus energías para que el público disfrute y se identifique.