Una velada sorprendente. Así se puede resumir la doble cita musical presenciada el 10 de marzo en la Sala X de Sevilla: RYM, presentando su nuevo álbum + LoBalle, como grupo invitado.
(Fotografía: Pablo Olivares) |
Dos estilos diferentes con escenarios comunes. LoBalle, dúo experimental de sonidos electrónicos, abría la sesión presentando los temas de su último trabajo Not a Progress, Only Survive, coexistiendo cuerdas y programación de manera natural y ofreciendo sonidos cercanos a un techno oscuro y melancólico. Interesante propuesta de melodías obsesivas en la que la guitarra eléctrica es la auténtica maestra de ceremonias.
A continuación, el escenario se tornó aún mas oscuro con la llegada de RYM. Las tonalidades negras de sus atuendos acompañaban la puesta en escena de su nuevo álbum (y debut con esta nueva acronimia) Hasta el Final, la Duda (Sello Salvaje, 2017), y está claro que la actuación ofreció de todo menos dudas.
Los cinco miembros de la banda inundaron la sala de sonidos melódicos y contundentes, desgranando los temas de este trabajo, redondo y de una fuerza sonora interesante. De hecho, al escuchar el disco y sumergirse entre sus paisajes, es fácil extrapolar hacia una puesta en directo que no defrauda. Post-rock que evoca influencias y caminos paralelos de grupos de referencia internacional, como Mogwai, Toundra o Exxasens, dibujando ambientes opresivos de largas zonas instrumentales, con ruptura a base de cuerdas sucias, batería imprescindible y teclados poderosos. Hay que destacar una cosa para mi muy importante. A pesar de que todos los músicos de RYM tienen su aportación bien diferenciada, suenan como un todo, sin destacar un instrumento sobre otro pero identificados individualmente.
Desde la intro instrumental con "Teoría y Práctica de lo Fudamental" y "II", las melodías suaves se alternan con medios tiempos agresivos e in crescendos potentes, como en "La Danza del Ciego" o la delicada "París". Así, poco a poco se termina Hasta el Final, la Duda que, como os decía al principio de la crónica, de todo menos dudas. RYM ha adoptado un camino más abierto, lleno de posibilidades sonoras que los miembros de la banda seguro sabrán aprovechar y desarrollar. Potencial no les falta y experiencia ya tienen.
Para terminar, un aviso a navegantes: la música de la formación granadina necesita de un escenario mayor, quizá espacio abierto, en el que cobraría mayor solemnidad su interpretación. Ahora, que estamos en pos de iniciar temporada de festivales, podría ser un valor añadido contar entre las filas de algunos de ellos con los muchachos de RYM.
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