El próximo martes 29 de septiembre se proyectará en cines la película Roger Waters: The Wall, en un único evento simultáneo por todo el mundo. Aunque lo he dicho de una manera tan aséptica (por aquello de no querer exagerar las sensaciones nada más empezar), no deja de ser una magnífica noticia para todos aquellos seguidores de este rockero gruñón.
Podéis echar un vistazo en www.rogerwatersthewall.com para ver qué sala de cine la proyecta en tu ciudad y, si tenéis suerte de que os pille cerca, asistir a lo que sin duda se podría catalogar como la secuela lógica de toda aquella serie de magnos conciertos que Roger Waters ofreció "all over the world" y que fueron espectacularmente puestos en escena.
Nosotros tuvimos la oportunidad de poder presenciar cómo El Muro se iba construyendo para después ser derribado mientras se desgranaban las canciones de esa obra maestra del rock y, de manera recurrente, las imágenes que vimos durante todo el concierto vienen a la memoria y nos complace deleitarnos recordando esos momentos y las anécdotas personales vividas durante el mismo. Por eso, me parece estupendo que podamos revivirlo al completo en formato película, escrita y dirigida por el propio Waters y por Sean Evans. Y, no sólo contentos con ello, el film va acompañado de material extra, como un documental llamado The Simple Facts, donde Roger Waters y Nick Mason responden a preguntas de seguidores. Como poco, puede resultar curioso, ¿no?
A lo que vamos. El peliculón (y no tiene otra forma de denominarse) tiene una duración de tres horas. Tres horas de inmersión en el mágico, depresivo y tortuoso mundo de un Roger Waters que con la madurez le dio otra perspectiva a este Muro, que nunca pierde vigencia. Por desgracia, las consignas antibelicistas y antidictatoriales no dejan de estar de plena actualidad, por mucho que pasen los años, ya que nuestra raza tiene una capacidad autodestructiva que revive una y otra vez y se ceba con los más débiles.
Nosotros tuvimos la oportunidad de poder presenciar cómo El Muro se iba construyendo para después ser derribado mientras se desgranaban las canciones de esa obra maestra del rock y, de manera recurrente, las imágenes que vimos durante todo el concierto vienen a la memoria y nos complace deleitarnos recordando esos momentos y las anécdotas personales vividas durante el mismo. Por eso, me parece estupendo que podamos revivirlo al completo en formato película, escrita y dirigida por el propio Waters y por Sean Evans. Y, no sólo contentos con ello, el film va acompañado de material extra, como un documental llamado The Simple Facts, donde Roger Waters y Nick Mason responden a preguntas de seguidores. Como poco, puede resultar curioso, ¿no?
A lo que vamos. El peliculón (y no tiene otra forma de denominarse) tiene una duración de tres horas. Tres horas de inmersión en el mágico, depresivo y tortuoso mundo de un Roger Waters que con la madurez le dio otra perspectiva a este Muro, que nunca pierde vigencia. Por desgracia, las consignas antibelicistas y antidictatoriales no dejan de estar de plena actualidad, por mucho que pasen los años, ya que nuestra raza tiene una capacidad autodestructiva que revive una y otra vez y se ceba con los más débiles.
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