Escrito por: Inés Coloma
Un calor para el que no estaban preparados recibió el pasado sábado a los chicos de Kill It Kid para su primer concierto en nuestro país. Fue en una Moby Dick lejos de estar llena, pero esto poco importó ya que en cuanto subieron al escenario, su energía, su crudeza, su Rock y su Blues ocuparon el espacio que quedaba.
Un calor para el que no estaban preparados recibió el pasado sábado a los chicos de Kill It Kid para su primer concierto en nuestro país. Fue en una Moby Dick lejos de estar llena, pero esto poco importó ya que en cuanto subieron al escenario, su energía, su crudeza, su Rock y su Blues ocuparon el espacio que quedaba.
Las primeras notas disiparon mis miedos en cuanto a los posibles problemas de sonido, casi siempre presentes en las salas de Madrid. Stephanie fue la encargada de arrancar el concierto con su voz, con una interpretación espectacular de Pray On Me, y desde entonces el nivel no hizo más que subir. Con Wild And Wasted Waters disfrutamos de toda potencia y la sensualidad de la voz de Chris, que en directo no tiene nada que envidiar a la de los discos. Caroline no se hizo esperar, dedicada a todos aquellos que estábamos allí y que conocíamos el grupo.
Desde nuestra posición se podía notar lo mucho que estaban disfrutando los cuatro que ocupaban el escenario. Miradas cómplices y sonrisas, Stephanie cantando El patio de mi casa, Chris quejándose del calor, Don sentado mientras sonaba una excelente versión de You Gotta Move… Aunque este buen rollo no parecía terminar de alcanzar a la mayoría del público, al menos hasta que sonó Boom Shally Wah.
El final del concierto llegó demasiado pronto: con un mash-up de I’ll Be The First y Run nos dijeron adiós, dejándonos con ganas de más, pero no de mejor porque era imposible.
Ahora ya sólo podemos esperar que ellos lo pasasen tan bien y tengan tantas ganas de volver como nosotros de que vuelvan.
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