El blues-rock es un género musical que permite otorgar grandes dosis de fuerza sonora a quienes sean capaces de enfrentarse a él sin tapujos. En esa tesitura se encuentran los británicos Kill It Kid, cuyo tercer álbum You Owe Nothing (Sire Records/Warner Records) representa una amalgama de estilos agrupados en uno solo. En algunos medios se califica como "New British Blues", pero realmente se hace complicado etiquetarles ya que podemos encontrar dosis de folk al más puro estilo americano, el blues más etílico y el rock más potente y eléctrico que le hace carantoñas al grunge.
Si, es cierto que parece una mezcla un tanto arriesgada a la vez que no es nueva. Pero en defenderlo con cierta entidad es donde radica el secreto. Y Kill It Kid creo que lo hacen de manera suficientemente interesante.
En sus cuatro miembros se encierran verdaderas dotes bluseras, no cabe duda, con los dos exponentes primordiales como son Chris Turpin (voz, guitarra y fundador de la banda) y Stephanie Ward (voces y teclado), que combinan sus diferentes timbres desde las entrañas. Son dos formas muy distintas de interpretar y se nota cuando lo hacen a solas, aunque en conjunto crean un poderoso escenario acompañados por el visceral bajo de Dom Kozubik y la aplastante batería de Marc Jones. Esto que digo, sin ánimo de resultar pomposo, se puede explicar mejor escuchando temas como Blood stop and run y I'll be the first, ambos ejemplos desiguales de una misma moneda cargada de electricidad estática y que va cobrando diferentes vidas desde que el álbum se inicia, pieza a pieza.
También hay espacio para la tranquilidad, con temas a lo mejor no tan espectaculares pero igualmente bien desarrolladas como Hurts to be loved by you y Caroline, baladas de corte blusero clásico de sonido grandioso, como les gustaría al público americano. Pero, en resumen, si hay que destacar algo de este You Owe Nothing es que conforma un conjunto de canciones de una gran potencia y efectiva producción, que sobre el escenario pueden ser capaces de desgarrar más de un espíritu al público asistente...Eso si, acompañado de un buen trago de whisky.
También hay espacio para la tranquilidad, con temas a lo mejor no tan espectaculares pero igualmente bien desarrolladas como Hurts to be loved by you y Caroline, baladas de corte blusero clásico de sonido grandioso, como les gustaría al público americano. Pero, en resumen, si hay que destacar algo de este You Owe Nothing es que conforma un conjunto de canciones de una gran potencia y efectiva producción, que sobre el escenario pueden ser capaces de desgarrar más de un espíritu al público asistente...Eso si, acompañado de un buen trago de whisky.
Viernes 5 de Junio - Barcelona (Sala BeCool)
Sábado 6 de Junio - Madrid (Sala Moby Dick)
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