Desde Estados Unidos, uno de los regresos más esperados ha sido el protagonizado por Sleater- Kinney y su nuevo álbum No Cities To Love (Sub Pop, 2015). Grupo de poderoso sonido punk rock, dispuesto a retomar donde lo dejaron e ir más allá.
Diez años han transcurrido desde la publicación de The Woods (Sub Pop, 2005) y la posterior parada en la carrera de la formación para que cada una de sus miembros se dedicasen a sus propias aventuras e inquietudes musicales. Diez años que han servido para que Corin Tucker, Carrie Brownstein y Janet Weiss afronten esta nueva etapa con madurez y No Cities To Love (Sub Pop, 2015) refleja una vuelta con ganas de demostrar que los veinte años de vida de la formación son sólo el comienzo.
Sleater-Kinney |
Con un sonido poderoso, Sleater-Kinney dibuja trazos bajo un estilo punk rock de diferentes tonalidades y el álbum se convierte en una especie de alegoría sobre los tiempos que corren. Las sombras de la codicia, como en Price tag, o la necesidad de crear grupos y comunidades, como en Surface envy y el tema que le da título al álbum, son muestra de la necesidad de expresión a gritos. Reflexiones personales de las tres riot grrrls que quedan traducidas en ritmos frenéticos, como en A new wave, o más acompasados, como en No anthems, de corte más pop, como Hey darling, y que cierran el círculo con Fade, el tema más rock de todo el disco.
Canciones cortas, poderosas y de gran factura. Un grupo punk que vuelve a asomarse con estilo propio a una escena en la que, aún plagada de sonidos convencionales y comerciales, cada vez hay más sitio para sonidos indies.
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