One of these days Tour 2014 no podía comenzar de otra forma que con el tema que da título a esta gira. Pink Tones abrieron así un concierto de más de tres horas en las que desfilaron muchos y muy variados cortes de la discografía de una de las bandas icono en la historia de la música contemporánea.
El sonido fue bastante correcto, dadas las circunstancias del espectáculo y las dimensiones de la Sala Custom, y pudimos comprobar que la banda es, ante todo, un conjunto de buenos músicos, sin duda. Tan sólo, por destacar algún fallito, la guitarra principal sufrió algunos (pocos) acoples que la deslucieron, pero fueron anécdotas entre el manjar musical que allí nos ofrecieron.
El recorrido prometía ser extenso y, por supuesto, desfilaron temas inmortales de The dark side of the moon como Time, Brain damage, Money y The great gig in the sky, con unas impresionantes pinktonettes dando el do de pecho sin paliativos. La visita a The Wall resultó más que gratificante con las tres partes unidas de Another brick in the wall, además de Mother, una siempre emocionante Don't leave me now y las incombustibles e imprescindibles Run like hell y Confortably numb.
La edad media del público superaba los treinta y muchos, y el talante común que nos unía a todos era que formábamos un grupos de personas lo suficientemente frikis como para deleitarnos con suites completas de veinte minutos de duración, como ocurrió en los casos de la estelar Shine on you crazy diamonds, uniendo todas sus partes en una sola, Atom heart mother, Dogs y una espectacular Echoes. No parecía que fuese suficiente para nosotros.
Fueron muchos los momentos musicales especiales del concierto y seguro que cada uno tiene el suyo. En el caso de este que os suscribe, quiero destacar dos en concreto. Por la sorpresa que resultó para mi escuchar uno de mis temas preferidos de Pink Floyd en directo, Have a cigar fue uno de esos trallazos directos a la cabeza que fue magníficamente interpretado por la banda y con un solo de guitarra demoledor (sinceramente, hay pocos solos realizados por David Gilmour que no lo sean). Por supuesto, aunque en esta ocasión no iban de la mano, el otro momento de la noche fue cuando, de manera casi mágica, cerca de la media noche sonó Wish you were here.
Por ponerle un pero, se echaron de menos temas de The final cut, el último álbum de Pink Floyd al completo, pero por contra si aparecieron temas de la formación post Roger Waters, como High hopes, Coming back to life y On the turniong away. De cualquier manera, resulta un espectáculo musical totalmente recomendable para aquellos seguidores y neonatos de la banda británica. Pero, sobre todo, es fundamental que podáis ver cómo Pink Tones son todo un homenaje respetuoso a la historia del rock.
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