Algo faltó la noche del lunes en La Riviera en el concierto con el que Lourdes Hernández nos presentaba Agent Cooper. Puede que fuese porque a pesar de que la sala estaba a reventar, la mayoría de los asistentes estaba más a otras cosas que a la música, pero faltó una conexión, faltó magia.
(Imagen de archivo) |
Russian Red nos presentaba su nuevo trabajo con una interpretación muy correcta pero sin toda fuerza que prometía en el álbum de estudio. Allí estaba yo, esperando a que se me pusiesen los pelos de punta, pero ese momento parecía no llegar nunca. Parecía que sí cuando tocaron una versión algo distinta a la que conocemos de Everyday Everynight, algo más juguetona y que se acercaba más a lo que esperábamos de la artista, pero la cosa quedó en nada. Pasaron las canciones, incluida la de Sky White Tiger, y parecía que aquello no iba a mejorar.
Le llegó el turno a Tim B y por fin pudimos ver algo más en este tema, más Lourdes, más fuerza, más magia, pero siguió faltando algo… quizá un público más atento. Nos dejó con Anthony y a pesar de que fue un punto alto de la noche, nadie parecía muy afectado. Eso sí, tras esos minutos de descanso volvió con aquello que todos habían ido a ver, Cigarettes¸ y es que el nuevo disco está recién salido del horno y parece que la mayoría no había tenido tiempo que dedicarle.
Terminaron con más clásicos, dejando la sala algo menos fría pero sin alcanzar el calor de la noche de verano que quería Lourdes. Tenemos que tener en cuenta que fue el primer concierto y estamos seguros que con un poco de rodaje sonará más a lo que la madrileña nos tiene acostumbrados.
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