A las 22:25 empezó el concierto del ex-lider de Red House Painters, Mark Kozelek en la sala Malandar. La primera sorpresa en la puerta de entrada "Por expreso deseo del artista se ruega no hacer fotos ni vídeos durante la actuación" ¿Será una broma?. Antes de la segunda canción Mark reprendió a unas personas que desde la primera fila le estaban haciendo una foto; aunque lo intentó dulcificar, ("es que ese es mi perfil malo, se me ve la papada,...") no coló: iba en serio.
Y así fue todo el concierto, serio. Impecable a la voz y a la guitarra, con su ya característico fingerstyle desgranó buena parte de las canciones de su último disco Mark Kozelek & Desertshore en algo menos de una hora y media. Resultó curioso que no tocara ninguno de sus temas más conocidos ni de su época en Red House Painters, ni en Sun Kil Moon ni en solitario. El explicó por qué: "cantar canciones es como besar a alguien que te gusta. Las primeras veces es maravilloso. Luego pasan los años y te apetece menos besarle, pero eres más amigo suyo". Y ayer le apeteció besar a sus nuevas canciones (yo particularmente lo entiendo. Debe ser durísimo cantar las mismas canciones durante 20 años)
La media entrada que fue a disfrutar de su estupenda voz y de su maestría a la guitarra no terminó de entregarse (curiosidad: J Planeta estaba entre el público). Y es que Mark ayer estaba cansado. Lo repitió muchas veces, y se le notaba. Llegó a decir a dos estadounidenses con los que habló durante el concierto, que sus shows en EE.UU. no son así. Y luego está su conexión con el público, mejorable.
En todo caso un interesante concierto de una personalísima figura del folk americano. Es la tercera vez que viene a Sevilla, y esperemos que no sea la última.
Y así fue todo el concierto, serio. Impecable a la voz y a la guitarra, con su ya característico fingerstyle desgranó buena parte de las canciones de su último disco Mark Kozelek & Desertshore en algo menos de una hora y media. Resultó curioso que no tocara ninguno de sus temas más conocidos ni de su época en Red House Painters, ni en Sun Kil Moon ni en solitario. El explicó por qué: "cantar canciones es como besar a alguien que te gusta. Las primeras veces es maravilloso. Luego pasan los años y te apetece menos besarle, pero eres más amigo suyo". Y ayer le apeteció besar a sus nuevas canciones (yo particularmente lo entiendo. Debe ser durísimo cantar las mismas canciones durante 20 años)
La media entrada que fue a disfrutar de su estupenda voz y de su maestría a la guitarra no terminó de entregarse (curiosidad: J Planeta estaba entre el público). Y es que Mark ayer estaba cansado. Lo repitió muchas veces, y se le notaba. Llegó a decir a dos estadounidenses con los que habló durante el concierto, que sus shows en EE.UU. no son así. Y luego está su conexión con el público, mejorable.
En todo caso un interesante concierto de una personalísima figura del folk americano. Es la tercera vez que viene a Sevilla, y esperemos que no sea la última.
Crónica más que acertada, sin duda.
ResponderEliminarSi, es cierto. Me costó trabajo reconocer a J (Los Planetas), pero no hay nada como acercarse a él y escucharle hablar.
En cuanto a Mark Kozelek, no tengo muy claro si es que pretendía hacerse el gracioso (y no sabe), o es que es un grosero. Menos mal que toca y canta bien, pero sus comentarios... dejan mucho que desear.
Al final, casi se pasa más tiempo "rajando" del público que cantando. ¡Ya te vale!
Lo peor de este concierto fue la presencia del seudoartista chencho fndez, pongámoslo en minúsculas porque así es él, estuvo toda la noche incordiando al artista. Sinceramente cualquier persona un poco observadora que hubiese presenciado el concierto, se habría percatado de esa necesidad imperiosa que tenía este chico por llamar la atención a toda costa. Sin él probablemente Mark kozelek no se habría sentido tan incordiado y todos los demás habríamos disfrutado más de ese maravilloso concierto sin tantas interferencias.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus comentarios sobre el concierto. Sinceramente, desde nuestra posición, no distinguíamos qué estaba sucediendo, ya que tan sólo apreciábamos los comentarios del propio artista. Supongo que hay personas que sienten la necesidad imperiosa de hacerse los protagonistas, aunque no les toque.
ResponderEliminarSaludos.