Bobbie Gillespie y compañeros nos vuelven a sorprender con un extenso álbum titulado More light, el primero publicado por Primal Scream desde la salida del hasta ahora bajista Mani.
Iluminados y poseídos por un espíritu bastante psicodélico en sus melodías de ritmo inevitablemente pegadizo, los sonidos envolventes y madchesteros aparecen en el largo tema que abre este abanico pop, 2013. Para no ir a la zaga, River of pain calma algo el ambiente de modo machacón, puro estilo Primal, con una espiral psicotrópica de fondo. Culturecide aparece con la rudeza que merece el título de la canción, tras la agonía de la previa para alterar los cimientos a base de tonos agresivos y coros desgarrados. Después, uno de esos fraseos que tanto le gustan a Gillespie en Hit void, llenos de fuerza y cortinas de sonidos casi sesenteros.
De nuevo vuelve la paz, aunque algo inquieta, de la mano de Tenement kid, como si de un fantasma nocturno se tratara y se apoderase de tus temores. Las evocaciones a recorrer las internas calles de Invisible city vuelve a ponernos arriba, con un ritmo de bajo soberbio, marca de la casa, y unos coros entrañables. De flagrante corte Bond, Goodbye Johnnye da un toque sensual de saxo y decadencia hermosa que te hipnotiza.
Es lo bueno de Primal Scream, que igual te ofrecen complicadas resoluciones como Sideman, llenas de tormento, como aparecen auténticos pelotazos pop como los anteriores. Elimination blues surge como por obra y gracia de un Nick Cave exultante, pero con una intensidad que el señor Gillespie transmite a través de sus registros vocales. Durante todo el álbum, se van alternando temas más cortos y dinámicos, como Turn each other, con piezas más largas y complejas como Relativity. Facturas que rayan lo obsesivo a modo de suites de diferentes tiempos con las que se identifican diversos estados de ánimo.
Walking with the beast es de esos temas suavones y envolventes que dejan el espacio totalmente abonado para un espectacular It's all right it's ok, tema adelanto de More light, con esos coros cuasi gospel a lomos de un medio tiempo característico de Primal Scream. I want you, demoledor riff al estilo Wild thing y rasgada guitarra acompañando la suavizada voz de Bobbie para la ocasión, precede a City song, último trozo de la primera parte de una edición deluxe que te deja con ganas de más, un reclamo rock and roll perfecto para iniciar el viaje por la sección extendida.
Esta parte consta de seis temas entre los que nos encontramos joyas como Nothing is real/Nothing is unreal, de atmósfera luminosa a la vez que melancólica. Rarezas instrumentales como Requiem for the russians tea rooms, el Theme from more light, como si de una banda sonora se tratase, y un remix de 2013, cerrando así un círculo perfecto con el que Primal Scream han vuelto a demostrar que tienen mucho que decir en un mundo en el que los personajes ínclitos tienen cabida para sus genialidades y entran en un selecto grupo de elegidos libres de espíritu y alejados de corrientes y tendencias. Un magnífico álbum digno de ser escuchado en directo, ganando potencia y sonoridad junto a la gran personalidad del señor Gillespie.
Comentarios
Publicar un comentario