La noche prometía, a pesar de lo poco que conocía del contenido. Aunque la presencia de público no fue lo esperado, ya que el hecho de ser víspera de festivo hizo algo de mella, tuvimos oportunidad de presenciar a dos auténticas maneras diferentes, pero complementarias, de expresar sus inquietudes musicales. Por una parte, la gaditana Marina Gallardo subía al escenario del Nocturama, en Sevilla, para hacer los honores de su todavía último trabajo This is the sound, acompañada de su banda. De la otra, desde Basauri, Ainara LeGardon ofrecía una visión más cruda y cargada de energía.
He de reconocer que a ambas les tenía ganas, en el buen sentido de la palabra. Tal y como pude decirle personalmente, a Marina Gallardo me la perdí en la edición del Festival Territorios del 2012 y después de haber escuchado su ultimo disco me apetecía mucho saber qué cocía en directo. Y lo coció, pero que muy bien. Vestida de rojo, flor en el pelo y larga melena negra sobre su hombro derecho, comenzó a desgranar temas de sus tres álbumes publicados hasta la fecha por Foehn Records: Working to speak (2008), Some monsters die and others return (2010) y This is the sound (2012).
Marina generó grandes ambientes. Sin mediar palabra hasta bien entrado el concierto, las canciones aparecían mezclando su suave voz con delirios eléctricos, melodías más características del indie rock se entremezclaban con descargas in crescendo de rasgueos sobre cuerdas a golpe de batería. Francamente, quedé impresionado ante esta apuesta arriesgada que, como le transmití en la charla posterior que pude mantener con Marina Gallardo, de manera informal, en estos tiempos que corren es de agradecer aunque el panorama no está nada fácil. Ha estado girando por todo el país y ahora ha llegado el momento de componer. Ya está en ello, de hecho, pero todavía tiene que compaginarlo con otros eventos y su vida profesional. De todas formas, el objetivo está ahí: salir al mercado internacional y, si me lo permite Marina, creo que tiene madera y material suficiente como para hacerse un hueco en la escena europea más independiente.
Un pequeño interludio y el típico intercambio de instrumentos anunciaba la llegada de la segunda protagonista de la noche. Ainara LeGardon es bastante más veterana que su predecesora en esto de la música y viene arropada por si misma. Desde que decidió emprender carrera en solitario, ha optado por la autoedición y se siente muy satisfecha. También tuve la oportunidad de charlar con ella y me dijo que también se dedicaba a dar sesiones formativas sobre el complejo proceso técnico y legal de la autoproducción musical, porque se daba cuenta del gran desconocimiento al respecto por parte de todas aquellas personas que quieren comenzar en el mundo de la música por esa vía. De hecho, recientemente tuvo una de sus jornadas en Sevilla, organizadas por La Suite, al igual que el Nocturama.
Es una persona con las ideas muy claras, eso se nota cuando hablas con ella. Y las tiene que tener, sin duda, para hacer lo que hizo sobre el escenario. Yo sólo conocía de ella su actuación en Los Conciertos de Radio 3 (actuación recomendable de ver, por cierto) y estaba expectante por ver cómo se desarrollaba en un directo más abierto. Sobre el escenario, una formación típica de banda rock clásica: guitarra, bajo y batería. Y aquello empezó a sonar. El sonido de Ainara está repleto de energía y grandes dosis de electricidad y así lo transmitió con una fuerza más que evidente. Manejando su eléctrica a placer, combinaba las distorsiones con los arpegios y descargas, en un baile continuo de temas más que interesante. Las referencias de las que me estaba acordando eran muy claras para mi: me recordaba a la más cruda P J Harvey, o la enigmática Kim Gordon de Sonic Youth.
En su discografía nos encontramos ambientes más íntimos, como en In the mirror (2003), Each day a lie (2005), que van tornándose más duros en Forgive me if I don't come to sleep tonight (2009) y We once wished (2011).
Una vez más, gran acierto por parte de la organización al unir dos estilos musicales diferentes pero complementarios, dos personalidades sobre el escenario con mucho que ofrecer y crear aún. Dos ejemplos de que esto se sigue moviendo, a pesar de todo, contra viento y marea.
Una vez más, gran acierto por parte de la organización al unir dos estilos musicales diferentes pero complementarios, dos personalidades sobre el escenario con mucho que ofrecer y crear aún. Dos ejemplos de que esto se sigue moviendo, a pesar de todo, contra viento y marea.
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