Johnny Marr tiene ya en la calle, desde hace unos meses, su primer álbum firmado con su propio nombre y de título The Messenger.
Comienza con The right thing right, despliegue de sonido familiar que se va acrecentando con I want the heartbeat y, sobre todo, con European me que inevitablemente recuerda a sus orígenes al más puro estilo Smiths. Es lo que tiene, que no puedes evitar escuchar las canciones con el oído crítico de los tiempos pasados y las comparaciones. Creo que la prueba la supera razonablemente bien.
Upstars ahonda un poco más en la faceta rock con los inconfundibles acompañamientos de guitarra del gran Marr. La voz, menos ampulosa que la de su anterior compañero Morrisey, a veces se hace insuficiente para unas melodías grandiosas como en Lockdown, pero le da cierta personalidad, aún algo insegura pero valiente. Quizás no posee la "modestia" y atrevimiento de Noel Gallagher, que se pone a cantar aún a sabiendas de lo malo que es, y eso le mantiene un poco al lado de los outsiders, pero espero que esta necesidad imperiosa de sacar trabajo con su nombre no implique grandes dosis de soberbia.
Seamos sinceros: Johnny Marr toca la guitarra con una facilidad pasmosa que hace creer a cualquiera que, en cualquier momento, uno puede aprender a hacer esas cosas de arquitectura más difícil de lo que pensamos al oirle. Eso es lo que hace que un tema neutro como el que le da título al álbum se convierta en gratamente escuchable.
Con cierto aire Interpol, surge Generate! Generate! que posee un interludio más que bonito, como es habitual en él. Say demesne es de esos temas llenos de esa melancolía que otorgan las cuerdas de fondo, rayando la desesperación y el desasosiego. De manera básica, atormentadamente agradable. Sun & moon y The crack up, por contra, cabalgan a lomos de paisajes más británicos recordando a Blur en algunos momentos.
Llega el turno a mi favorita, New town velocity, de implacable ritmo Smiths, con aires epopéyicos como la inmortal There is a light that never goes out. Buena producción llevada a cabo en todo el álbum que brilla aún más en este tema. El final lo pone Word starts atrack, forma trepidante de despedir este The Messenger, primer álbum en solitario de este veterano guitarrista, compositor e intérprete que ha investigado entre el pop rock, como con The Healers, o incurrido en la electrónica, junto a Electronics. Pero no podemos olvidar de dónde procede y ansiar que vuelvan a experimentar juntos. Algo parecido sucedía con The Stone Roses y fijaos... Mientras, demos la bienvenida a este nuevo proyecto de Johnny Marr y esperemos que no sea el único.
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