Rusos Blancos y el otoñal "Tiempo de nísperos"

El segundo trabajo de Rusos Blancos se titula Tiempo de nísperos (Ernie Producciones) y nos lleva a través de la línea marcada por la ácida ironía de sus letras adornadas con pinceladas pop y algo dance. Como le pasa a los nísperos, cuando los recolectas en tiempo son de sabor dulce, pero si te adelantas se convierten en piezas ácidas.

Cuando ha expirado el verano y nos adentramos en la melancolía otoñal, tan sólo alterada por el "veranillo del membrillo", comienza el tiempo de los nísperos, fruta agridulce que vale para un roto y un descosido. El ambiente se llena de colores más ocres y la alegría estival va tornándose en tristeza sentimental. Así podemos decir que discurre el nuevo álbum de Rusos Blancos, con diez temas en los que la voz de Manuel Rodríguez nos sumerge de lleno en la sonora ambigüedad de lo cotidiano y el dramatismo personal.

Nada más que empezar, Dudo que el amor nos salve nos pone en situación defensiva. Con un toque de pop ligero, plantea una situación de encuentro de dos personas en un escenario casi caricaturesco pero de una gran intensidad corporal. Orfidal y caballero hace hincapié en que, a veces, haga lo que se haga la tristeza va contigo y forma parte de tu propio ser, con el ambiente lleno de falso optimismo plagado de instrumentos de cuerda. Como si de una secuela se tratase, Baile letal 3 plantea la divertida escena de una pista de baile llena con todas las ex parejas de la pareja del protagonista, en el que él mismo participa y compite a modo de concurso mortal, mientras suena una melodía disco de fondo.

Hogareña se acerca a un tipo de melodía más pop aún, con influencias de varias décadas fácilmente detectables, hablando de la monotonía a la que a veces nos vemos abocados. Oro, disfruto tiene un inicio que me recordó inevitablemente a una canción de Astrud, en su desarrollo más power pop y con guitarras distorsionadas nos hablan de los miedos a lo que vendrá después y que, por esos miedos, a veces preferimos quedarnos sin disfrutar de las cosas. La playa de los locos invade de melancolía extrema la estancia, con su parsimoniosa unión onírica de voces que se hacen ininteligibles a medida que avanza la canción. Después de ir a la playa, Bonito cortejo nos desliza por la parte más frívola del pop más fresco, casi tropical, planteando el amor que se siente por una persona un poco ligera de sentimientos y su relación amor-odio con ella.

Marina y Se me enamoran enlazan cierto optimismo y el deseo por ver a la persona esperada, así como lo bueno de sentirse deseado. Ambas preceden a la canción final Algunas cosas sobre mi que aprendí estando contigo en la que Manuel Rodríguez adopta una voz más cercana a la de Nacho Vegas, incluso con algunos de sus giros, rodeada por una música envolvente y decadente, dándole ese halo terminal al disco.

Tiempo de nísperos es un álbum que puede ser escuchado en momentos en los que tu estado de ánimo requiera de verse complacido y acompañado en tu viaje, al mismo nivel. Las diez canciones componen un manojo agradable de historias que pasean por diferentes ritmos y sonidos, pero siempre encontraremos flotando en el aire la tristeza y la melancolía de un verano que se acabó.