Fallece Jason Molina

Acabo de enterarme de la noticia y, por supuesto, la comparto con todos vosotros. El cantautor Jason Molina murió el pasado día 16 de marzo, a la edad de 39 años, a causa de un fallo orgánico debido a su alcoholismo.

Natural de Ohio, Jason tuvo su primer contacto musical en la adolescencia, tocando en pequeñas bandas locales de heavy metal. ¡Quién lo diría! En 1996 formó su propio grupo, bajo el extraño nombre de Songs: Ohia. Detrás del proyecto, se albergaban muchos músicos que iban y venían y que aportaron un sonido diferente a cada disco, pero con el factor común de las letras de Jason Molina, íntimas y profundas. A partir de ahí, comenzó una hiperactividad brutal, publicando su primer larga duración en 1997 y continuando sin parar mientras estuvo activa la banda. Hasta 2003, publicó la friolera de  diez álbumes y cuatro EP's, entre los que se incluyen un álbum con Arab Strap, un EP con My Morning Jacket y otro con Will Oldham, otro tipo tan hiperactivo como él.

Después, Jason Molina se lanzó en solitario tras finalizar Song: Ohia con un álbum que, precisamente, daría nombre a su siguiente proyecto: Magnolia Electric Co. Aún así, todavía le quedó tiempo para publicar dos álbumes en solitario, en 2004 y 2006, que precedieron a la formación de la nueva banda. Su mejor momento profesional, por desgracia, coincidió con su derribo emocional. La salud le jugó una mala pasada (aunque no hay datos sobre qué fue lo que sucedió) y el músico tuvo que parar. Imaginaos la situación: de repente, un tipo que está acostumbrado a manejar dinero contante y sonante con frecuencia ve detenida su actividad y, por tanto, sus ingresos. Esto se tradujo en una rápida quiebra ya que mantenía su tren de vida. No siempre las películas tienen un desarrollo feliz. Molina no tenía seguro médico y tuvo que volver a casa de sus padres para pasar una mala racha que ha terminado venciendo a un músico joven repleto de talento que dejó la música en su mejor momento. Las facturas del hospital se fueron acumulando. Su madre acudía a amigos y a fans en busca de ayuda y Jason se dedicaba a criar cabras y pollos en una granja de West Virginia mientras preparaba su regreso musical, un regreso truncado por los excesos de una década sobre las tablas, en camionetas, en el estudio. Una década de gran música y mala vida.

He tenido la oportunidad de verle en directo en dos ocasiones y lo que más me impactaba, sin duda, era su cristalina voz. Descanse en paz, allá donde esté.