La gran congregación de hermanos se preparó para asistir a la ceremonia que Corizonas ofreció, por fin, en Sevilla. La Sala Malandar albergó durante dos horas y media a siete hombres sin piedad sobre el escenario, grandes músicos guiados por los maestros de ceremonias Fernando Pardo y Javier Vielba.
Con una introducción marcada por el punteo ahogado de la guitarra acústica de Rubén Marrón, poco a poco los instrumentos se acoplaron para evocar algo que me recordó a The End, de The Doors, y a continuación sirvió para enlazar con Hey, Hey, Hey, la canción de apertura del álbum The News Today. Así daba comienzo un concierto en el que fueron innumerables las anécdotas que protagonizaron, con sus elocuencias y alusiones a cómo se conocieron, sirviendo de presentación a determinadas canciones especiales de su repertorio.
Tras The Deceiver, los componentes de Arizona Baby y Los Coronas recurrieron a la interpretación de Everybody Knows This is Nowhere del gran Neil young, primera de las versiones que nos ofrecerían en esta noche. The Falcon Sleeps Tonight, Thieves and Liars precedieron a Hotel Room, dedicado a las limpiadoras que, en los hoteles, interrumpen la catarsis en la que a veces se ven envueltos algunos de los miembros de la banda durante las giras. Sobre la descripción del momento en que Fernando conoció a Javier, aludiendo a su vestimenta, apareció Supernaut de Black Sabbath con la impresionante y elegante manera de tocar la guitarra eléctrica del Sr. Pardo que fue un factor común durante todo el concierto, abrazando un estilo muy de pista de baile al enlazarla con la irresistible Save Your Prayers. Roberto Lozano "Loza", tras la batería, asumió el protagonismo para cantar Pushin' Too Hard de The Seeds, que fue enlazada con Mr. Soul de Buffalo Springfield para llegar al punto de inflexión con Javier Vacas al contrabajo como pieza esencial de la instrumental El Rancho. Los aires cálidos de la frontera entre México y Texas se pasearon por nuestros rostros con el acompañamiento magistral, aunque discreto, de David Krahe a la guitarra.
De nuevo "Loza" adquiere protagonismo, aunque en esta ocasión lo es por estar detrás de la composición de I Am (What I Am) y su ritmo rockabilly vaquero acompañado por la trompeta totalmente sureña de Yevhen Riechkalov, situado a un lado del escenario tras sus gafas oscuras de policía. Y llegó el momento para una de las versiones más coreadas en sus conciertos, precedida por una ligera oda a la amistad de Fernando, y que no era otra que Wish You were Here, de Pink Floyd, en versión country. De momento, se hace imposible eliminarla del repertorio porque es de las que hacen que, si ya la gente estaba empezando a acelerarse y engancharse al ritmo Corizonas, acaben por estallar en una unión con el grupo hasta el final.
Run To The River y Run To The Woods caldearon más el ambiente de la sala, dejando al público a punto de caramelo para llegar al final del bloque principal con la versión de Piangi Con Me, homenaje a The Rokes, en la que Javier cambiaba por primera vez de idioma en su interpretación. Esta vez, en italiano.
Los bises comenzaron con la suavidad de The Queen of Hearts, como si Javier estuviera entonando una nana, pero que Rubén transformó en un despliegue de sonidos con su acústica. Por fin, aparecía la primera interpretación en castellano y fue de la mano de La Hiedra Venenosa, rock and roll de The Coasters, seguida de Shiralee, perteneciente al cancionero de Arizona Baby. Poderoso e hímnico I Wanna Believe, en merecido homenaje de contrapunto al clásico de John Lennon pasado por los filtros de estos músicos melenudos, y la espectacular Danger! High Voltage! de Electric Six con la que era imposible permanecer quietos en el sitio. Dos temas con los que el incombustible Javier Vielba se vino arriba con un público totalmente entregado a la causa funky que nos estaban ofreciendo en las pantallas dispuestas a ambos lados del escenario, donde se proyectaban imágenes totalmente setenteras evocadoras del sonido disco.
Y, como no podía ser de otra forma, la intensa velada culminó con la reivindicativa I'm Alive, canción que daba título al EP lanzado este verano pasado, teniendo una vez más a un eufórico Vielba entre el público asistente y dejándonos con más ganas de Corizonas y de otras dos horas y media más de puro rock, con sabor a bourbon, cerveza y polvo del desierto. En la próxima, los esperaremos.
De nuevo "Loza" adquiere protagonismo, aunque en esta ocasión lo es por estar detrás de la composición de I Am (What I Am) y su ritmo rockabilly vaquero acompañado por la trompeta totalmente sureña de Yevhen Riechkalov, situado a un lado del escenario tras sus gafas oscuras de policía. Y llegó el momento para una de las versiones más coreadas en sus conciertos, precedida por una ligera oda a la amistad de Fernando, y que no era otra que Wish You were Here, de Pink Floyd, en versión country. De momento, se hace imposible eliminarla del repertorio porque es de las que hacen que, si ya la gente estaba empezando a acelerarse y engancharse al ritmo Corizonas, acaben por estallar en una unión con el grupo hasta el final.
Run To The River y Run To The Woods caldearon más el ambiente de la sala, dejando al público a punto de caramelo para llegar al final del bloque principal con la versión de Piangi Con Me, homenaje a The Rokes, en la que Javier cambiaba por primera vez de idioma en su interpretación. Esta vez, en italiano.
Los bises comenzaron con la suavidad de The Queen of Hearts, como si Javier estuviera entonando una nana, pero que Rubén transformó en un despliegue de sonidos con su acústica. Por fin, aparecía la primera interpretación en castellano y fue de la mano de La Hiedra Venenosa, rock and roll de The Coasters, seguida de Shiralee, perteneciente al cancionero de Arizona Baby. Poderoso e hímnico I Wanna Believe, en merecido homenaje de contrapunto al clásico de John Lennon pasado por los filtros de estos músicos melenudos, y la espectacular Danger! High Voltage! de Electric Six con la que era imposible permanecer quietos en el sitio. Dos temas con los que el incombustible Javier Vielba se vino arriba con un público totalmente entregado a la causa funky que nos estaban ofreciendo en las pantallas dispuestas a ambos lados del escenario, donde se proyectaban imágenes totalmente setenteras evocadoras del sonido disco.
Y, como no podía ser de otra forma, la intensa velada culminó con la reivindicativa I'm Alive, canción que daba título al EP lanzado este verano pasado, teniendo una vez más a un eufórico Vielba entre el público asistente y dejándonos con más ganas de Corizonas y de otras dos horas y media más de puro rock, con sabor a bourbon, cerveza y polvo del desierto. En la próxima, los esperaremos.
Espectacular concierto. Grandes músicos con mucha personalidad sobre el escenario.
ResponderEliminarAdemás de unas interpretaciones magníficas, lo hacen muy ameno para que te involucres más aún en el espectáculo. Gran concierto, sin duda.
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