Steve Vai vuelve a la escena musical presentando su octavo disco de
estudio en solitario. El virtuoso neoyorquino se ha hecho de rogar desde Real Illusions: Reflections (2005) y, tras su último directo Where The Wild Things Are (2009), presenta por fin este The Story of Light que, sin llegar a ser uno de sus
mejores trabajos, no podemos negar que tiene suficiente nivel, con una alta carga instrumental a lo largo de todo el álbum.
El comienzo lo marca la canción que da título al disco, de corte melódico, pero con unos arreglos que pueden resultar algo confusos aunque no se disipa cierto aire festivo en su desarrollo. Con la única letra de la canción consistente en aisladas frases en ruso de fondo, el maestro va realizando paseos sobre las cuerdas como sólo él sabe hacerlo, de modo extremadamente estudiado y preciso. En Velorum hacen acto de presencia unos ritmos más potentes, más cercanos al rock&roll crudo y sin tanta filigrana, pero excelente para interpretar en directo y en grandes recintos. John The Revelator (aunque tenga el mismo título que una canción de Depeche Mode, no tiene en absoluto que ver) es mezcla de blues, algo de gospel y, por supuesto, rock con la voz de Beverly McClellan. Book of the Seven Seals continúa la estela de la anterior y precede a la lenta Creamsicle Sunset, quizás una de las más flojas del disco.
El single elegido como presentación de The Story of Light fue Gravity Storm, creada para mayor gloria del guitarrista y lucimiento personal, como debe ser, a base de riff potente y pegadizo. Mullach a' tSí es otra de las canciones tranquilas que, en esta ocasión, presenta cierto toque asiático en su melodía, lo que la extrae del contexto global explorando otros sonidos. The Moon And I, con la participación de Mike Mangini (batería de Dream Theater), contiene la participación vocal del propio Steve Vai, otorgando cierta oscuridad ambiental al tema que lo hace inquietante. Weeping China Doll destaca por el final cargado de solos esotéricos de Steve y es antesala de la comercial Racing The World, con ritmos clásicos, para llegar a No More Amsterdam, con el dueto formado por Vai y Aimee Mann. Para terminar, Sunshine Electric Raindrops deja la firma del artista, que se encuentra patente a lo largo de todo el trabajo.
En definitiva, un buen álbum que nos trae de vuelta a uno de los más grandes guitarristas de la historia, demostrando su virtuosismo, a veces adoptando formas casi imposibles.
Comentarios
Publicar un comentario