Tenemos el inmenso placer de contar en Abrete de Orejas con una gran colaboradora de lujo, con la que nos vamos a dar un paseo por todo lo que ha dado de sí el Festival Europa Sur, celebrado en Cáceres los días 20 al 23 de septiembre y del que te hemos dado buena cuenta en diferentes posts. Con todos vosotros, Gema
Guerra Benito.
Comienza
la tercera edición del Festival Europa
Sur con altas expectativas en cuanto a la nueva etapa más ambiciosa que
afronta. Sin duda, un punto de referencia cuyo máxima consiste en hermanar
referentes culturales del país luso y del propio en una inmejorable escena, el
centro histórico de la ciudad cacereña.
El
público se manifiesta a cuentagotas, pero el ambiente queda patente nada más
entrar en el recinto con la actividad paralela, BLUXA, Feria de independiente de moda que reclama la atención de
curiosos y demás viandantes.
Puntualidad
insólita para inaugurar la primera jornada del jueves. El encargado de abrir el
evento fue el grupo placentino “El
hombre percha”, con un estilo ligeramente aderezado y un estatismo digno de
un aforo aún prudente y discreto.
Un
cambio de orientación tajante cuando se subió al escenario el grupo cacereño “Día x menos 60”. Series B y cómic para
poner la nota electrónica de color. Mística y arrebatada puesta en escena que
entretuvo al público desde un improvisado partido de pádel hasta la última
enmascarada nota final.
Subió
sin más dilación, “Luis Brea” El
compositor madrileño presentó su primer trabajo “Hipotenusa”, el proyecto
personal en el que se embarca tras una dilatada experiencia en el mundo
musical. Una voz personal y una presencia sostenida que encandiló a los
asistentes a una hora perfecta.
Del
broche de naturalidad y desenvoltura se encargaron “Los increíbles alfalfadores”, fusión cacereña de Ska y Reggae que
convirtieron en un campo de batalla. Cómodos se recrearon irreverentes y
cercanos ante un auditorio meramente local.
Letras desenfadadas y ritmos acelerados para poner punto y final a la
noche.
Un
fin de jornada confiado que pronosticaba un comienzo prácticamente idílico. Sin
sobresaltos ni estragos aparentes, normalidad y mesura caracterizaron el
comienzo. Un inicio que se manifestaría a lo largo de los tres días que duraría
el Festival.
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