A las tres menos cuarto de la madrugada, la familia enemiga se reunió felizmente en Sevilla diez años después de su separación.
Había muchas ganas de comprobar el estado de forma de la banda: los años y los cambios en el estilo de vida (aunque sean hacia bien) no pasan en balde. Así que había expectación y nervios. ¿Cómo estarán Josele, Fino, Chema y Manolo? ¿Qué van a tocar? ¿Cómo van a sonar?
Bueno, pues apenas cinco minutos después de arrancar todo estaba resuelto: son la misma apisonadora de siempre, con un sonido estupendo y con un repertorio glorioso. Y digo que bastaron cinco minutos porque tras las dos primeras canciones ya estábamos satisfechos con el resultado: arrancaron con John Wayne y le siguió Brindis. Yo siento especial predilección por esta última, por la música y por la letra:
Podría hacer daño
el agua y no el licor
podrían los años no
pasar factura al portador
podría ser, pero no
Poco a poco fuimos viendo a un Josele en plena forma: yo lo he visto en directo cuatro veces y en mi opinión ayer fue el día que más y mejor tocó la guitarra. Hizo muchísimos solos, no falló ni uno y la guitarra sonaba perfecta. Chema Animal Pérez lo acompañó como siempre, discreto y preciso. Fino muy bien, dedicado a su bajo, y Manolo Benítez muy sólido. Y sobre todo Los Enemigos son una banda, con un sonido muy equilibrado. No había ningún instrumento estridente ni mal ecualizado.
Pasaban los minutos y el repertorio se completaba con clásicos de los mejores enemigos: Por la sombra, Antonio, No amanece en Bouzas, Septiembre, Desde el jergón, Dentro, Señor Correcto, Señora (la versión de Serrat), La otra orilla … Una gozada para todos los fans - que éramos muchos- que gritábamos y nos abrazábamos para gritar más fuerte.
Y la verdad es que cuando amagaron con irse nos dimos cuenta de que llevaban hora y media sin parar, sin un solo pero que ponerles. El amago duró apenas unos segundos (se agradece que, ya que los bises están programados, al menos no nos tengan cinco minutos aplaudiendo como capullos: eso se hacía en otros tiempos, para ganarte el bis), y volvieron a hacer un par de canciones más.
Ayer fue un día de tribus. Debieron coincidir pocos en Tricky, Amaral, SFDK y Los Enemigos. Yo como soy de la parroquia enemiga de toda la vida, puedo hablar de lo que vi: fans satisfechos y exhaustos, tras un concierto de una banda irrepetible. Nos alegramos mucho de su reconciliación.
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