Según algunos estudios que prentenden cuantificar la capacidad de almacenamiento del cerebro humano, nuestras 1.000 millones de neuronas son capaces de almacenar unos 2.5 petabytes de información. Haciendo una cuenta rápida y considerando que "sólo" el 1% de nuestro cerebro almacenara música (perdonen los expertos esta burdísima equivalencia), podríamos conocer unas 7 millones de canciones, más de 600.000 discos: 300 ipods de 80 gigas.
No hace falta ser Einstein para darse cuenta de que aquí falla algo. Vuelvo al título: podemos reconocer varios miles de canciones (lo de millones no deja de ser algo teórico), pero probablemente no podemos conocerlas: sus detalles, los matices que las hacen especiales.
Quizá por esto me abruma recibir todos los días del orden de 100 sugerencias, recomendaciones, recuerdos etc. y "vuelvo a casa" cuando oigo por vigésima vez John Wesley Harding o The Early Years. Reconozco que la gran mayoría de las canciones que nos proponen son francamente interesantes, pero las oigo con la prevención de que el espacio restante en mi cerebro es limitado, y hay muchísima información de valor sentimental en cada canción que no debe ser dañada.
Quizá es porque nos hacemos viejos.
No hace falta ser Einstein para darse cuenta de que aquí falla algo. Vuelvo al título: podemos reconocer varios miles de canciones (lo de millones no deja de ser algo teórico), pero probablemente no podemos conocerlas: sus detalles, los matices que las hacen especiales.
Quizá por esto me abruma recibir todos los días del orden de 100 sugerencias, recomendaciones, recuerdos etc. y "vuelvo a casa" cuando oigo por vigésima vez John Wesley Harding o The Early Years. Reconozco que la gran mayoría de las canciones que nos proponen son francamente interesantes, pero las oigo con la prevención de que el espacio restante en mi cerebro es limitado, y hay muchísima información de valor sentimental en cada canción que no debe ser dañada.
Quizá es porque nos hacemos viejos.
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