Personal record es el título de la propuesta que nos hace la norteamericana Eleanor Friedberger y que, recientemente, presentó en directo por nuestro país. Aquí puedes leer nuestra crónica de su paso por Madrid.
Cuando escuché el disco, no tuve más remedio que hacerlo de nuevo porque no me quedó muy claro el asunto. Durante la primera pasada, tuve la sensación de estar escuchando algo que se encontraba invadido de muchos medios tiempos, demasiado tranquilo para estar acorde al primer sencillo extraído, Stare at the sun. Por puro inconformismo, me obligué a darle un nuevo repaso... y acerté.
Efectivamente, los doce temas que componen este Personal record encierran muchas particularidades, bañadas con sol californiano, eso si, y que guardan cierta sencillez en algunos aspectos compositivos pero muy efectivos. La base rítmica es puro pop and roll, es decir, ni pop, ni rock, ni todo lo contrario, pero está todo plagado de estribillos y las temáticas rondan los desengaños sentimentales y otros avatares románticos de la vida.
Si en algún momento tuviera ganas de adjudicarle algún parecido, diría que por lo poderosa de su voz y la estética natural me recuerda a Patti Smith, aunque obviamente estamos hablando de caminos artísticos algo diferentes. Son ya dos álbumes en su carrera en solitario y Eleanor Friedberger (de quién lo primero que me gustó fue el nombre) lo va teniendo claro. Roza la luminosidad absoluta con I don't want to bother you y se sumerge en las aguas profundas de su piscina con I'll never be happy again o Echo or encore. Es, quizás, en esos contrastes en donde radica la fuerza que guarda este trabajo y Eleanor Friedberger se ha sabido arriesgar muy bien.
Pero, como toda relación en la vida, encierra momentos de oscuridad dentro de su propio pozo que se combinan con momentos punta en los que exultas energía ¿positiva?. Ese es el caso del mencionado Stare at the sun, vibrante elegía al optimismo, que junto con Singing time y You'll never know me ofrecen una amplia variedad instrumental y rítmica a tener en cuenta. De todas formas, no olvidemos She's a mirror... demoledora.
Por tanto, al igual que el aforo registrado en su concierto de Madrid, imagino que pocas personas habrán descubierto la faceta más abierta de la mitad de The Fiery Furnaces, pero es altamente recomendable darle una brazada a este Personal record que Eleanor Friedberger te propone en su piscina particular.
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