Mis sentidos aún recuerdan lo experimentado el pasado marzo de 2011 en Madrid. Mis ojos repiten imágenes, mis oídos reviven sonidos, mis labios recitan estrofas y, en definitiva, mi cuerpo se estremece al acordarse del gran espectáculo que fue The Wall en directo, de la mano de un inconmensurable Roger Waters dirigiendo aquella mezcla entre escenario y público a su merced.
Y hoy he vuelto a revivirlo con fuerza después de haber tenido noticias del gran compositor floydiano, y es que ha declarado en la edición estadounidense de la Rolling Stone que está pensando en grabar nuevo material. Eso si es una gran noticia.
Tan sólo hace unos meses presenciábamos lo que iba a ser su retirada definitiva de los focos, colgando las botas y los guantes ante un posible agotamiento físico provocado por su edad y que el propio Roger no quería experimentar subido a un escenario. Me parece lícito, aunque no me agrade como aficionado. Pero, es una grata noticia saber que, a raíz de un tema que compuso para una banda sonora hace muchos años, le ha servido de base para que el gusanillo compositivo le vuelva a picar y podamos tener nuevo trabajo suyo en el año próximo.
No lo voy a negar. Esto me ha provocado ciertas esperanzas de poder volver a verlo en directo. Pero, lo más llamativo es que podremos volver a escuchar grandes temas como en Radio K.A.O.S y Amused to Death, expresiones del mundo onírico que el carismático (y cascarrabias) señor Pink ha ido creando a base de ira, mala leche y visiones de una vida llena de fantasmas. Ahora, la descarga de bilis la pretende hacer sobre la alienación y despropósito que las religiones provocan sobre los seres humanos. ¡Ahí es nada! Esa será la temática de un nuevo álbum que llevaría por título Heartlands.
Bien es cierto que, hoy en día, tenemos un amplio abanico de religiones a las que, inconsciente o conscientemente, adoramos. Desde el culto a deidades e imágenes celestiales, al culto personal, tecnológico o político, existen muchos motivos para intentar mover las conciencias a base de golpes directos al cerebro. Y, en eso, el gran Waters es un auténtico maestro. Aún recuerdo el pellizco en el estómago que retuve durante un tiempo después de escuchar, y sobre todo ver, la representación de The Trial. Sobrecogedor.
Bien es cierto que, hoy en día, tenemos un amplio abanico de religiones a las que, inconsciente o conscientemente, adoramos. Desde el culto a deidades e imágenes celestiales, al culto personal, tecnológico o político, existen muchos motivos para intentar mover las conciencias a base de golpes directos al cerebro. Y, en eso, el gran Waters es un auténtico maestro. Aún recuerdo el pellizco en el estómago que retuve durante un tiempo después de escuchar, y sobre todo ver, la representación de The Trial. Sobrecogedor.
BIEEEENN. Sólo los inconformistas recalcitrantes han conseguido cambiar las cosas. La mala leche que transmite este hombre es "de la buena", de la que te despierta y te hace decir "¿.. qué ..? Y una mierda."
ResponderEliminarY, por si era poca buena noticia, además vuelve a Europa con The Wall Tour, pero para hacerlo en espacios abiertos...Debe de ser impresionante!!
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