Festival PortAmérica (II): el puente entre culturas

Durante la segunda jornada del Festival PortAmérica, el que resultó un auténtico descubrimiento para un servidor fue Eladio y los Seres Queridos con un directo muy interesante acompañado en esta ocasión por la orquesta de saxofones de Redondela, que otorgaban cierta calidez al sonido rock clásico del grupo. Aunque aún era de día, un buen puñado de asistentes se presentaron y todos corearon juntos el final de fiesta con un siempre emotivo "Forever Young" aún más etéreo en la versión interpretada con la incorporación de los saxos.

Otro gallego ilustre que daría paso a los ingleses Kitty, Daisy & Lewis.

Durante una hora, el escenario se inundó de rockabilly y de swing con la estética cincuentera de la formación y sus instrumentos básicos del estilo, como la batería simple y el contrabajo. Imprimieron ritmo a la noche que estaba ya cayendo, a veces frenético y a veces con canciones infinitas, ritmo contínuo durante minutos interminables, como si fueran Wilco pero menos compacto. Tras un comienzo interesante y muy bailable, quizás por el contraste con sus predecesores, a medida que avanzaba el tiempo podía resultar, a ratos, algo cansino pero es indiscutible que resulta interesante descubrir nuevos grupos arriesgados.

Tras haber cruzado el Canal de la Mancha, para escuchar ritmos transatlánticos, hacemos el verdadero viaje transoceánico de la noche para beber un buen trago de tequila en la mejor de las compañías.

Julieta Venegas no defraudó. Con su carácter multiinstrumentista (piano, acordeón, guitarra) y su dulce, aunque potente, chorro de voz llenó el recinto de melancolía y canciones de amor/desamor. Quizás el gesto de su cara y sus movimientos vaporosos llenan aún más de ternura sus interpretaciones, que sin duda la gente celebró con canciones como "Limón y Sal", "Lento" y, como no, "Me voy". Fue una magnífica oportunidad para ver a Julieta Venegas muy de cerca y un gran logro para la organización del Festival. Chapó!